Pucha que fue raro el sábado en la tarde.
De partida la sorpresa de ver a una persona non grata en un lugar ultra grato y en una celebración que debía ser increíble fue raro.
La historia va así:
El sábado en la tarde era bautizo de la hija de uno de mis primos lejanos, obviamente y a pesar de lo lejano del parentesco somos ultra cercanos así que como era obvio estaba toda la familia invitada.
Cuando llego a la iglesia y traspaso la reja del patio, miro para ver quien estaba y saludar ( como corresponde, obvio) veo un chaleco rojo, una barba tupida y un par de tremendos ojos café. Era el pelmazo aquel, si! ese miso que me dejó plantada en mi casa arreglada, maquillada y lista el día del matrimonio de mi prima en el mismo minuto en que se suponía debía estar tocando la bocina en la puerta de mi depto.
No lo había visto desde ese día 3 de Mayo del año pasado y la verdad, no pensé nunca que me lo fuera a encontrar.
Yo ya no necesito ninguna disculpa, ni explicación, pero si fue rarísimo tenerlo frente a mi.
Como no conocía a los de la familia de la mamá de la guagua no me acerqué para ese lado, pero en un minuto me di cuenta de que el me había visto y me había reconocido, es que con esos ojos tan grandes es bien difícil disimular.
Cuando ya no habían dudas de que era él, le dije a mi hermana (que no lo había visto nunca )y además escuchó mi vieja. Obvio decidimos no decirle a mi viejo, para no empañar un momento bello por pendejadas añejas.
Al momento de entrar a la iglesia el se quedó más atrás, y yo educadamente me acerqué a saludarlo. El sólo verle la cara fue fantástico. Claro que tuve que mirarla hacia el suelo porque como que se le anduvo cayendo.
Me saludó, me preguntó como estaba y le pregunté si iba al bautizo de la M y me dijo: si vine con ella apuntando a la madrina.
Después de eso me preguntó si yo también y le respondí que si, que el papá de la guagua era mi primo. La cara fue de PLOP!!!
Después de el acercamiento no volvimos a hablar en toda la tarde y dudo que volvamos a hacerlo alguna vez en la vida, pero de que me dí el gusto de sorprenderlo con mi saludo no puedo decir que no.
Otra de esas situaciones memorables, que quedarán para recordar.
De partida la sorpresa de ver a una persona non grata en un lugar ultra grato y en una celebración que debía ser increíble fue raro.
La historia va así:
El sábado en la tarde era bautizo de la hija de uno de mis primos lejanos, obviamente y a pesar de lo lejano del parentesco somos ultra cercanos así que como era obvio estaba toda la familia invitada.
Cuando llego a la iglesia y traspaso la reja del patio, miro para ver quien estaba y saludar ( como corresponde, obvio) veo un chaleco rojo, una barba tupida y un par de tremendos ojos café. Era el pelmazo aquel, si! ese miso que me dejó plantada en mi casa arreglada, maquillada y lista el día del matrimonio de mi prima en el mismo minuto en que se suponía debía estar tocando la bocina en la puerta de mi depto.
No lo había visto desde ese día 3 de Mayo del año pasado y la verdad, no pensé nunca que me lo fuera a encontrar.
Yo ya no necesito ninguna disculpa, ni explicación, pero si fue rarísimo tenerlo frente a mi.
Como no conocía a los de la familia de la mamá de la guagua no me acerqué para ese lado, pero en un minuto me di cuenta de que el me había visto y me había reconocido, es que con esos ojos tan grandes es bien difícil disimular.
Cuando ya no habían dudas de que era él, le dije a mi hermana (que no lo había visto nunca )y además escuchó mi vieja. Obvio decidimos no decirle a mi viejo, para no empañar un momento bello por pendejadas añejas.
Al momento de entrar a la iglesia el se quedó más atrás, y yo educadamente me acerqué a saludarlo. El sólo verle la cara fue fantástico. Claro que tuve que mirarla hacia el suelo porque como que se le anduvo cayendo.
Me saludó, me preguntó como estaba y le pregunté si iba al bautizo de la M y me dijo: si vine con ella apuntando a la madrina.
Después de eso me preguntó si yo también y le respondí que si, que el papá de la guagua era mi primo. La cara fue de PLOP!!!
Después de el acercamiento no volvimos a hablar en toda la tarde y dudo que volvamos a hacerlo alguna vez en la vida, pero de que me dí el gusto de sorprenderlo con mi saludo no puedo decir que no.
Otra de esas situaciones memorables, que quedarán para recordar.
4 comentarios:
Hoy no es un buen día para comentar, ya que estoy zzzzzzz.. Sin embargo, sólo puedo decirte esssstraña situación.
Un abrazo :)
ja! y por qué te dejó plantada!!! solo de mala clase...!!!!
y bueno que se le va a hacer... este planete es muy chico...muy, pero muy chico...asi que ojo con lo que ahces...ajajajajaa
a no portarse tan mal... o si?...ajaja
Dos palabras:
Shit happens!
Secundo a Freire.
Beijos, colega.
Santiago.
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